in992-Black-yellow-red-and-poppy-the-totem-of-courage-in-the-bag

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Under the scorching sun of July, the Belgian tricolor flag flutters in the Grand Place of Brussels. The black, yellow and red colors not only paint the spiritual background of this country – black symbolizes strength, yellow represents wealth, and red interprets courage, but also blooms the vitality that transcends time and space on the poppy luggage tag. This poppy luggage tag made of enamel is derived from the tragic memory of the “Flanders Field”. A hundred years ago, the blood-stained poppies broke out of the scorched earth and became a symbol of peace and rebirth. When it is transformed into a hanging ornament on a modern suitcase, every wrinkle is engraved with the wisdom of rebirth from the ashes: true courage is not to never fall, but to continue moving forward with scars. The Belgians weave the tricolor code of the national flag into the design of the luggage tag – the black base holds up the bright yellow poppies, and the dark red veins are as vivid as blood vessels. This beating red is just like the sunset reflected by the Bruges Canal, reminding travelers: no matter how far away you go, you must keep the burning fire in your heart. When suitcases are transferred to foreign airports, the dew on the petals of poppies reflects the tenacity of being rooted in the earth and the freedom of breaking boundaries. This July, when the National Day fireworks illuminated the port of Antwerp, countless suitcases and bags with poppy luggage tags were passing through customs. They silently told us: the real wealth is to go to the world with the power of the homeland; the highest honor is to dare to let the new buds of courage penetrate the cracks of life every time you set off.

Bajo el sol abrasador de julio, la bandera tricolor belga ondea en el aire en la Grand Place de Bruselas. Los colores negro, amarillo y rojo no sólo pintan el fondo espiritual de este país (el negro simboliza fuerza, el amarillo representa riqueza y el rojo interpreta coraje), sino que también florecen con vitalidad que trasciende el tiempo y el espacio en la etiqueta de equipaje de amapola. Esta etiqueta de equipaje en forma de amapola, hecha de esmalte, está inspirada en el trágico recuerdo de los “Campos de Flandes”. Hace cien años, la amapola manchada de sangre brotó de la tierra quemada, convirtiéndose en un símbolo de paz y renacimiento. Cuando se convierte en adorno de una maleta moderna, cada arruga lleva grabada la sabiduría del renacimiento de las cenizas: el verdadero coraje no es no caer nunca, sino seguir adelante con las cicatrices. Los belgas tejieron el código tricolor de su bandera nacional en el diseño de sus tarjetas de equipaje: amapolas de color amarillo brillante sostenidas por una base negra y las venas de color rojo oscuro son tan vívidas como los vasos sanguíneos. Este rojo parpadeante, como el reflejo del atardecer en el Canal de Brujas, recuerda a los viajeros: no importa lo lejos que vayas, debes mantener el fuego ardiente en tu corazón. Mientras la maleta rueda en un aeropuerto extranjero, las gotas de rocío sobre los pétalos de amapola reflejan la tenacidad de estar enraizado en la tierra y la libertad de romper límites. Este mes de julio, mientras los fuegos artificiales del Día Nacional iluminaban el puerto de Amberes, innumerables bolsas con etiquetas de amapola pasaban por la aduana. Cuentan la historia en silencio: la verdadera riqueza es salir al mundo con el poder de tu patria; La mayor gloria es atreverse a dejar que los nuevos brotes de coraje penetren en las grietas de la vida cada vez que te propones.