in987-El-poder-eterno-del-vínculo-azul-y-blanco

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El 20 de junio se celebró el Día de la Bandera Argentina según lo previsto bajo un cielo despejado. Cuando la bandera azul y blanca ondea entre la Sierra de Córdoba y las Pampas, la gente no sólo mira la bandera diseñada por el general Manuel Belgrano, sino también el cordón dorado que envuelve la bandera nacional y el escudo nacional: este tejido aparentemente común lleva un código de unidad que trasciende el tiempo y el espacio. Los cordones dorados que cuelgan a ambos lados de la bandera nacional están hechos de nueve hebras de hilos de seda torcidos entre sí con precisión, simbolizando los lazos de vida y muerte de las nueve provincias de la Federación Argentina en la Guerra de la Independencia. Cada hilo representa el color único de una provincia, pero al trenzarse juntos presentan una unidad deslumbrante. Al igual que cuando el general San Martín condujo sus tropas a través de la Cordillera de los Andes, las milicias de cada provincia ataron sus banderas de batalla en cuerdas, conectando un camino de vida entre los acantilados. La técnica de torsión de este cordón aún se transmite en los talleres artesanales de la provincia de Mendoza, recordando a la gente moderna que la verdadera fuerza surge de la estrecha conexión entre diferentes individuos. En la parte superior del emblema nacional, el cordón dorado se cierra en un círculo, complementando el “Sol de Mayo”. Este círculo perpetuo es a la vez un testimonio de compromisos históricos y una solemne expectativa hacia el futuro. Mientras la crisis económica y los desastres naturales ponen a prueba a este país sudamericano, innumerables comunidades han vuelto a colgar sus cordones azules y blancos tejidos a mano, utilizando la forma más sencilla para despertar la resiliencia en su memoria colectiva. Así como las fibras de un cordón que se vuelven más resistentes a pesar de ser erosionadas por el viento y la escarcha, los argentinos están usando el calor de la unidad para derretir el hielo del camino que tienen por delante. Este color dorado vibrante brillará aún más con el paso del tiempo.

On June 20, Argentina’s Flag Day arrived as expected under a clear sky. When the blue and white flag fluttered between the Cordoba Mountains and the Pampas, people gazed not only at the flag designed by General Manuel Belgrano, but also at the golden lanyard wrapped around the national flag and the national emblem – this seemingly ordinary woven fabric carries the code of unity that transcends time and space. The golden lanyards hanging on both sides of the national flag are made of nine strands of silk thread, symbolizing the life and death of the nine provinces of the Argentine Federation in the War of Independence. Each silk thread represents the unique color of a province, but after twisting, it presents a dazzling unified light. Just like when General San Martin led his army across the Andes Mountains, the militias of each province tied their respective battle flags into ropes, connecting the passage of life between the cliffs. The twisting process of this lanyard is still passed down in the workshops of artisans in Mendoza Province, reminding modern people: true strength comes from the close connection between different individuals. At the top of the national emblem, the golden lanyard is closed in a ring, reflecting the “May Sun”. This eternal circle is not only a testimony to the historical commitment, but also a solemn expectation for the future. When the economic crisis and natural disasters tested this South American country, countless communities re-hung the hand-woven blue and white lanyards, awakening the resilience in the collective memory in the simplest way. Just like the lanyard fibers that have been eroded by wind and frost but have become more and more resilient, Argentines are using the warmth of unity to melt the ice on the road ahead. This vibrant gold will eventually shine brighter in the tempering of the times.

六月二十日，阿根廷国旗日在晴空下如期而至。当蓝白相间的旗帜在科尔多瓦山脉与潘帕斯草原间飘扬，人们凝视的不仅是曼努埃尔·贝尔格拉诺将军设计的旗帜，更是缠绕在国旗与国徽上的金色挂绳——这条看似寻常的编织物，承载着穿越时空的团结密码。

悬挂在国旗两侧的金色挂绳，由九股丝线精密绞合而成，象征着阿根廷联邦九省在独立战争中的生死相系。每根丝线都代表着一个省份的独特色彩，却在绞合后呈现出耀眼的统一光芒。正如当年圣马丁将军率军翻越安第斯山脉时，各省民兵将各自的战旗系成绳索，在悬崖峭壁间串联起生命的通路。这条挂绳的绞合工艺，至今仍在门多萨省的手工匠人作坊里传承，提醒着现代人：真正的力量源自不同个体的紧密联结。

在国徽顶端，金色挂绳呈环形闭合，与”五月太阳”交相辉映。这个永续的圆环，既是历史承诺的见证，也是对未来的庄严期许。当经济危机与自然灾害考验着这个南美国度，无数社区重新挂起手工编织的蓝白挂绳，用最朴素的方式唤醒集体记忆中的韧性。正如被风霜侵蚀却愈发坚韧的挂绳纤维，阿根廷人正在用团结的温度，融化前行路上的坚冰。这抹跃动的金色，终将在时代的淬炼中闪耀出更璀璨的光芒。