in995-De-las-cenizas-surgió-el-sol-de-mayo

▼

Bajo el sol de mayo de Argentina, las rayas azules y blancas y el sol dorado de la bandera nacional siempre brillan con esperanza. Cada artefacto en esta tierra lleva el espíritu nacional, como un cenicero aparentemente común y corriente con el emblema nacional. Cuando las yemas de los dedos tocan el sol de mayo en relieve, las cenizas se depositan bajo el contorno del gorro de la libertad, al igual que la tenacidad de esta nación en los altibajos de la historia. La base redonda del cenicero alude a la cinta del escudo nacional que simboliza la unidad; Las cenizas acumuladas no son el final, sino el punto de partida del renacimiento. Al igual que las huellas que dejó el General San Martín en la Cordillera de los Andes, cada mota de polvo encarna el coraje para superar los obstáculos. Cuando el tabaco se quema, el calor residual aún fluye sobre la superficie del metal, como la sabiduría de los argentinos al convertir la adversidad en fortaleza. Las ramas de olivo del emblema nacional y las ramas de laurel en el borde del cenicero están entrelazadas, contando el verdadero significado de la paz y la gloria. Las cenizas finalmente se limpiarán, pero la fe, como el mate de un gaucho, se suaviza con el tiempo. Este mes de mayo, que las chispas vuelvan a encenderse de las cenizas y que la luz del emblema nacional guíe el nuevo viaje: cada momento de sedimentación es para acumular fuerzas para el próximo ascenso.

In the sunshine of May in Argentina, the blue and white stripes and golden sun of the national flag always shine with hope. In this land, every object carries the national spirit – such as a seemingly ordinary ashtray with the national emblem. When the fingertips touch the embossed May sun, the ashes settle under the outline of the liberty cap, just like the tenacity of this nation in the ups and downs of history. The round base of the ashtray is in line with the ribbon symbolizing unity in the national emblem; the stacked ashes are not the end, but the starting point of rebirth. Just like the footprints left by General San Martin in the Andes Mountains, every grain of dust condenses the courage to overcome obstacles. When the tobacco burns out, the residual heat still flows on the metal surface, just like the wisdom of the Argentines to temper difficulties into strength. The olive branch on the national emblem and the laurel branch on the edge of the ashtray are intertwined, telling the truth of peace and glory. The ashes will eventually be cleared, but the faith is like the gaucho’s mate tea cup, which becomes more mellow with time. This May, let the sparks rekindle from the ashes, and let the light of the national emblem guide the new journey – every time of sedimentation is to accumulate strength for the next rise.