in987-Roses-and-Stars-The-Feelings-of-Home-and-Country-Hidden-in-Cufflinks

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Every June, the red and blue stars and stripes of the American Flag Day and the subtle fragrance of roses on Father’s Day always quietly interweave in time. When people look up at the fluttering national flag, they rarely notice the rose gold cufflinks on the gentleman’s cuffs, which interpret the same spirit of home and country in another form. The spiral pattern of the rose cufflinks is like the trembling of the feather pen tip of the signer of the Declaration of Independence. The iris cufflinks made by French goldsmiths for the founding fathers of the United States in the 18th century witnessed the birth of a country in the Philadelphia State House. This craft of melting soft flowers into metal is just like the wisdom of combining hardness and softness in the American spirit – both the perseverance of the fluttering stars and stripes and the toughness of roses breaking through the ground. The rose cufflinks worn by modern workplace elites are in line with the precise aesthetics of the five-pointed star array of the national flag. Each facet reflects not only the professionalism of the workplace, but also the microscopic projection of civic responsibility. When a director of a Wall Street investment bank wears his ancestral rose cufflinks every morning, he always thinks of his great-grandfather, a soldier in the Normandy Landing, who wrapped the relics of his fallen comrades with the blood-stained Stars and Stripes. The metal petals carry not only family memories, but also the embodiment of an individual’s commitment to the country. When the setting sun gilds the Stars and Stripes, the rose gold light shining on the cuffs is writing a patriotic narrative in the new era. They remind us that family and country feelings do not always have to be earth-shattering, but can also be hidden in the elegant persistence of daily life, just like roses blooming forever in metal and stars and stripes fluttering forever in the wind.

Cada junio, las estrellas rojas y azules del Día de la Bandera Estadounidense y la sutil fragancia de las rosas del Día del Padre se entrelazan silenciosamente en el tiempo. Cuando la gente mira la bandera nacional ondeando, rara vez notan los gemelos de oro rosa en los puños de los caballeros, que interpretan el mismo espíritu patriótico de otra manera. El patrón en espiral de los gemelos de rosa se asemeja a las plumas de los firmantes de la Declaración de Independencia. Los gemelos de flor de lis fabricados por orfebres franceses para los padres fundadores de los Estados Unidos en el siglo XVIII presenciaron el nacimiento de una nación en el Ayuntamiento de Filadelfia. Esta técnica de fundir delicadas flores en metal es como la sabiduría de combinar dureza y suavidad del espíritu estadounidense: tiene tanto la perseverancia de la bandera estadounidense ondeando como la tenacidad de la rosa que se abre paso a través del suelo. Los gemelos de rosa que usan las élites laborales modernas están en consonancia con la estética sofisticada del conjunto de estrellas de cinco puntas de la bandera nacional. Cada sección refleja no sólo el profesionalismo en el lugar de trabajo, sino también una proyección microscópica de responsabilidad cívica. Cuando un director de un banco de inversiones de Wall Street luce cada mañana sus gemelos ancestrales con forma de rosa, siempre piensa en su bisabuelo, soldado en el desembarco de Normandía, que envolvió las reliquias de sus compañeros caídos con la bandera americana manchada de sangre. Los pétalos de metal no sólo transmiten recuerdos familiares, sino también la encarnación del compromiso de un individuo con el país. Mientras el sol poniente ilumina la bandera estadounidense, la luz de color oro rosa que brilla en los puños escribe una narrativa patriótica de la nueva era. Nos recuerdan que el patriotismo no siempre tiene que ser trascendental; También puede ocultarse en la elegante persistencia de la vida cotidiana, como una rosa que florece eternamente en el metal y las estrellas que revolotean eternamente en el viento.