in992-The-Spark-Burns-Forever-A-Fiery-Allegory-of-the-Rose-and-the-Flag

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Every June, the American flag is repeatedly wiped and hung high during the commemorations of Memorial Day and Flag Day. Every wrinkle of the Stars and Stripes carries the weight of history. Under this solemnity, many people will think of another symbol of faith – the rose lighter. It is not only a tool to ignite the flame, but also a metaphor for the desire for life and the mission of inheritance. The design of the rose lighter often wraps the flame with metal petals, just like the torch held high by the Statue of Liberty, reminding people that true light needs to be continuously protected. In 1777, when the first Stars and Stripes was born in the flames of war, soldiers used flint to light bonfires to transmit signals; today, modern people use lighters to light memorial candles, letting the glory of history beat in their palms. The image of flame runs through the American spirit – it once set the prairie on fire in the War of Independence and also illuminated the way forward in the civil rights movement. The energy of a lighter seems small, but it can ignite the entire wasteland. Just like every ordinary person, as long as they have faith in their hearts, they can become the fire that conveys hope. When the national flag is unfurled in the wind, the glimmer of the rose lighter shines with it: the former symbolizes collective glory, and the latter implies individual awakening. This June, let us remember: the Star-Spangled Banner will never fade, because there will always be someone willing to be the everlasting flame. Whether it is the medal on the chest of a veteran or the moment when a young man lights a rose lighter, the fiery spirit always flows between generations, illuminating the long road to freedom.

Cada junio, la bandera estadounidense se limpia repetidamente y se iza en alto durante las conmemoraciones del Día de los Caídos y el Día de la Bandera. Cada arruga de la bandera estadounidense lleva el peso de la historia. Bajo esta solemnidad, muchos pensarán en otro símbolo de fe: el encendedor con forma de rosa. No solo es una herramienta para encender la llama, sino también una metáfora del anhelo de vida y la misión de heredar. El diseño del encendedor con forma de rosa suele envolver la llama con pétalos de metal, al igual que la antorcha que sostiene la Estatua de la Libertad, recordando a la gente que la verdadera luz debe protegerse constantemente. En 1777, cuando nació la primera bandera estadounidense en medio de las llamas de la guerra, los soldados usaban pedernal para encender hogueras y transmitir señales; hoy, la gente moderna usa encendedores para encender velas conmemorativas, dejando que la gloria de la historia lata en sus palmas. La imagen de la llama impregna el espíritu estadounidense: en su día incendió la pradera en la Guerra de la Independencia y también iluminó el camino del movimiento por los derechos civiles. La energía de un encendedor parece pequeña, pero puede encender todo el desierto. Como cualquier persona común, con fe en su corazón, puede convertirse en el fuego que transmite esperanza. Cuando la bandera nacional ondea al viento, el destello del encendedor rosa brilla con ella: el primero simboliza la gloria colectiva, y el segundo implica el despertar individual. Este junio, recordemos: la Bandera Estrellada nunca se apagará, porque siempre habrá alguien dispuesto a ser la llama eterna. Ya sea la medalla en el pecho de un veterano o el momento en que un joven enciende un encendedor rosa, el espíritu ardiente siempre fluye entre generaciones, iluminando el largo camino hacia la libertad.