in985-El-mar-de-estrellas-atado-por-un-hilo-rojo

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En las calles de Madrid, en octubre, la bandera española desplegaba sus franjas rojas y amarillas bajo un cielo azul despejado. La gente colgaba el cordón del emblema nacional, símbolo de unidad para la próxima Fiesta Nacional de España. El nudo escarlata que rodea la Columna de Hércules narra el código espiritual más profundo de esta nación. A finales del siglo XV, la flota de Colón desató la vieja cuerda que decía “No hay frontera más allá de aquí” y grabó “Plus Ultra” (más allá del límite) en el cordón del emblema nacional. Esta cuerda, que fluye con sangre, no solo conecta las coordenadas geográficas de la Península Ibérica y el Nuevo Mundo de América, sino que también teje el gen del coraje para traspasar fronteras. Cuando la gente moderna contempla el rojo inquebrantable del emblema nacional, parece poder tocar el latido del corazón de los navegantes cuando cortaron las cuerdas del viejo mundo hace quinientos años. En la Semana de la Innovación Científica y Tecnológica de Barcelona, jóvenes ingenieros incorporaron elementos de cordón en modelos de computadoras cuánticas. Los artesanos de Sevilla utilizaron tecnología de impresión 3D para remodelar el patrón de la cuerda roja. Esta cuerda, símbolo de la exploración, se ha extendido desde el mástil hasta convertirse en el tótem espiritual de cada español. Al igual que las Columnas de Hércules atadas a los dos extremos de la cuerda, los españoles contemporáneos continúan midiendo las dimensiones de las estrellas y el mar con nuevas rutas de ciencia y cultura. Cuando el viento otoñal sopla sobre la bandera nacional que ondea frente al ayuntamiento, la danzante cuerda roja aún nos recuerda: la verdadera frontera no está en el mapa del mar, sino en el momento en que nos atrevemos a cortar la cuerda del pensamiento. Cada español que ha desatado las ataduras de su corazón es un Colón de la nueva era.

On the streets of Madrid in October, the Spanish flag stretched out its red and yellow stripes under the clear blue sky. People hung up the national emblem lanyard symbolizing unity for the upcoming Spanish National Day. The scarlet knot wrapped around the Hercules Pillar is telling the deepest spiritual code of this nation. At the end of the 15th century, Columbus’s fleet untied the old rope that said “There is no border beyond here” and engraved “Plus Ultra” (beyond the limit) on the national emblem lanyard. This rope flowing with blood not only connects the geographical coordinates of the Iberian Peninsula and the New World of America, but also weaves the courage gene to break through borders. When modern people look up at the never-fading red in the national emblem, they seem to be able to touch the heartbeat of the navigators when they cut the ropes of the old world five hundred years ago. At the Barcelona Science and Technology Innovation Week, young engineers incorporated lanyard elements into quantum computer models; craftsmen in Seville used 3D printing technology to reshape the red rope pattern. This rope symbolizing exploration has long been extended from the mast to the spiritual totem of every Spaniard. Just like the Pillars of Hercules tied to the two ends of the rope, contemporary Spaniards continue to measure the dimensions of the stars and the sea with new routes of science and culture. When the autumn wind blows over the national flag flying in front of the city hall, the dancing red rope still reminds us: the real border is not on the sea map, but in the moment when we dare to cut the rope of thinking. Every Spaniard who has untied the shackles of his heart is a Columbus of the new era.