in991-La-columna-vertebral-de-la-nación-en-el-marco-del-cactus

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Cada septiembre, durante el carnaval del Día de la Independencia, los mexicanos contemplan el águila en el marco de cactus de la bandera nacional. Este tótem rodeado de espinas no solo simboliza la soberanía nacional, sino que también implica una profunda alegoría del espíritu nacional. Según la leyenda, los aztecas, guiados por un oráculo, encontraron un águila sosteniendo una serpiente en tierra de cactus, fundando así la ciudad de Tenochtitlán. En el diseño de la bandera nacional, el cactus rodea el tótem central como una barrera natural, como un marco eterno. No se trata de una simple decoración, sino de una metáfora de la sabiduría de supervivencia de los mexicanos para luchar contra la adversidad con tenacidad, al igual que el cactus alberga esperanza en el desierto y protege la esencia de la vida con espinas. Artistas mexicanos contemporáneos incorporan elementos de la bandera nacional en el diseño de marcos de madera, conservando deliberadamente la textura rugosa de los rizomas del cactus. Estos marcos, aparentemente espinosos, nos recuerdan que la verdadera protección no requiere una cáscara delicada, y que el coraje para enfrentar las dificultades es la armadura para resistir la tormenta. Así como los habitantes de la Ciudad de México construyeron un canal de rescate con su propia sangre tras el terremoto de 1985 y forjaron un camino hacia el renacimiento entre las ruinas. Al contemplar este marco espinoso, vemos no solo una silueta de la historia, sino también un microcosmos de cada vida cotidiana. El dolor que nos inflige la vida es como las espinas de un cactus, pero son estos arañazos los que marcan las coordenadas a las que nos aferramos. En esta época desafiante, espero que todos puedan construir un marco de vida flexible y tenaz, además de sus propios tótems espirituales.

Every September, Mexicans gaze at the eagle standing in the cactus frame on the national flag during the carnival of Independence Day. This totem surrounded by thorns is not only a symbol of national sovereignty, but also implies a profound allegory of national spirit. According to legend, the Aztecs were guided by the oracle to find an eagle holding a snake standing on the land of cacti, and thus established the city of Tenochtitlan. In the design of the national flag, the cactus surrounds the core totem in the posture of a natural barrier, like an eternal frame. This is not a simple decoration, but a metaphor for the survival wisdom of Mexicans to fight adversity with tenacity – just like the cactus stores hope in the desert and protects the core of life with thorns. Contemporary Mexican artists incorporate national flag elements into the design of wooden frames, deliberately retaining the rough texture of the cactus rhizomes. These seemingly prickly frames remind us that true protection does not require a delicate shell, and the courage to face difficulties is the armor to withstand the storm. Just as the people of Mexico City built a rescue channel with their flesh and blood after the 1985 earthquake, and framed a road to rebirth among the ruins. When we gaze at this thorny frame, we see not only a silhouette of history, but also a microcosm of every ordinary life. The pain given by life is like the thorns of a cactus, but it is these scratches that mark the coordinates we stick to. In this challenging era, I hope everyone can build a flexible and tenacious life frame in addition to their own spiritual totems.