in997-Bajo-el-pisapapeles-Libertad-para-siempre

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En junio en Argentina la bandera nacional ondea al viento. El Día de la Bandera Nacional, el 20 de junio, no solo conmemora al General Manuel Belgrano que cosió la libre voluntad con tela azul y blanca, sino que también despierta el pensamiento profundo de la gente sobre el pisapapeles del emblema nacional: ese metal pesado es la coordenada eterna solidificada por la creencia fluida. En los escritorios de los argentinos, el pisapapeles con el emblema nacional siempre marca el límite entre la historia y el futuro. El “Gorro de la Libertad” en su parte superior es como una antorcha que nunca se apaga, y las manos unidas en la base están grabadas con el poder de la unidad. Cuando la tormenta económica hace que los papeles vuelen por todas partes, este pisapapeles actúa como un guardián, presionando la visión inestable para que vuelva a la realidad. Así como los revolucionarios de Mayo usaron sus manos para sostener la república recién nacida, también los argentinos de hoy se aferran a sus creencias frente a la adversidad para evitar que sus ideales sean arrastrados por el huracán. El emblema del sol en el centro del escudo nacional refracta la luz a través del relieve dorado del pisapapeles. Nos recuerda que el sol nunca será devorado por nubes oscuras, así como el pisapapeles con el emblema nacional no solo sujeta el papel, sino que también estabiliza la columna vertebral de una nación que permanece en pie en medio de la confusión. Cuando las yemas de los dedos recorren la textura irregular, se puede sentir la dureza que nuestros antepasados vertieron en el metal: esa es la promesa que ha perdurado durante dos siglos: la libertad eventualmente vencerá a la incertidumbre, y la fe es siempre más importante que el oro.

In June, Argentina’s national flag fluttered in the wind. The National Flag Day on June 20th not only commemorates General Manuel Belgrano’s use of blue and white cloth to sew out the will of freedom, but also awakens people’s deep thoughts on the national emblem paperweight – the heavy metal is the eternal coordinate solidified by the flowing belief. On the desks of Argentines, the national emblem paperweight always presses the intersection of history and the future. The “cap of freedom” on its top is like a torch that never goes out, and the clasped hands at the base are engraved with the power of unity. When the economic storm set off the flying of paper, this paperweight, as a guardian, pressed the shaky vision back to reality. Just as the May revolutionaries held up the new republic with their hands, today’s Argentines also hold their beliefs in the predicament to prevent their ideals from being blown away by the hurricane. The sun emblem in the center of the national emblem is refracting light through the golden relief of the paperweight. It reminds us: the sun will never be swallowed by the dark clouds, just as the national emblem paperweight not only presses down the paper, but also stabilizes the backbone of a nation that still stands tall in turmoil. When your fingertips run over the uneven texture, you can feel the toughness that our ancestors poured into the metal – that is the promise that has lasted through two centuries: freedom will eventually defeat uncertainty, and faith is always more important than gold.