in986-The-Star-Spangled-Banner-and-the-Rose-Thorn-Open-the-Bottle-of-Courage-in-Life

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In July in the United States, the Stars and Stripes fluttered in the wind during the Independence Day celebrations, and the blooming roses in summer always reminded people of the life fables of the symbiosis of thorns and petals. In this month full of commemoration and challenges, the image of the national flag and the rose corkscrew are wonderfully intertwined to create a profound revelation. The red stripes on the national flag embody the courage of our ancestors to shed blood for freedom; the white symbolizes the pursuit of truth; and the blue stars are like an ideal that will never be extinguished. Just like the moment when the spikes of the rose corkscrew break through the metal bottle cap, each star stripe records the determination to break through the shackles – the colonists broke free from the shackles in 1776, and the Apollo spacecraft pierced the sky in 1969. History always creates a new chapter in sharp breakthroughs. The spiral cone of the rose corkscrew is just like the difficult climb that life must go through. When the metal pierces the sealed bottleneck, the tremor of resistance is just like our hesitation when facing difficulties. But what is really precious is the persistence of rotating downward: every millimeter of the corkscrew is accumulating the power to open the nectar. Just as civil rights activist Rosa Parks used sit-ins to pierce the “bottle cap” of racial segregation and let the wine of freedom pour out, those who look up at the Star-Spangled Banner at this moment should remain sharp like a corkscrew. The fragrance of life is always sealed in a container that needs to be broken through. Only by using faith as a lever and courage as a fulcrum can ideals flow like fine wine. This July, may every beating heart become a corkscrew, drilling a bright crack in the iron wall of the times.

En julio, en Estados Unidos, la bandera estadounidense ondea en el viento durante las celebraciones del Día de la Independencia, y las rosas que florecen en verano siempre recuerdan a la gente la alegoría de la vida donde las espinas y los pétalos coexisten. En este mes lleno de conmemoraciones y desafíos, las imágenes de la bandera nacional y el abridor de botellas de rosa se entrelazan maravillosamente para crear una profunda revelación. Las franjas rojas de la bandera nacional encarnan el coraje de nuestros antepasados que derramaron sangre por la libertad; Las rayas blancas simbolizan la búsqueda de la verdad; y las estrellas azules son como el ideal eterno. Al igual que el momento en el que la punta de un sacacorchos en forma de rosa rompe la tapa metálica de una botella, cada raya en forma de estrella registra la determinación de liberarse de los grilletes: los colonos se liberaron de sus grilletes en 1776, la nave espacial Apolo atravesó el cielo en 1969, y la historia siempre crea nuevos capítulos en avances radicales. El cono en espiral del sacacorchos de rosa es como la difícil subida que uno debe recorrer en la vida. Cuando el metal penetra el cuello de botella sellado, la vibración de resistencia es como nuestra vacilación cuando enfrentamos dificultades. Pero lo verdaderamente precioso es la persistencia del giro hacia abajo: cada milímetro que el sacacorchos profundiza, acumula la fuerza para abrir el néctar. De la misma manera que la activista de derechos civiles Rosa Parks utilizó las sentadas para perforar la “tapa de la botella” de la segregación racial, permitiendo que se derramara el vino de la libertad. Aquellos que miran la bandera estadounidense en este momento deben permanecer alerta como un abridor de botellas. La fragancia de la vida siempre está sellada en un contenedor que necesita ser roto. Sólo utilizando la fe como palanca y el coraje como punto de apoyo, los ideales pueden fluir como el buen vino. Que este julio cada corazón palpitante se convierta en un sacacorchos, perforando una grieta brillante en el muro de hierro del tiempo.