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Entre los saludos del desfile militar de octubre de España, la bandera nacional de rayas rojas y amarillas ondeaba al viento, y las Columnas de Hércules del emblema nacional brillaban con una gloria milenaria. Este emblema, que encarna el espíritu nacional, entra en la vida cotidiana en formas inesperadas: el abridor de botellas con la forma del emblema nacional narra silenciosamente el código de sabiduría de la supervivencia nacional. Al girar la cabeza helicoidal del sacacorchos, se despliega lentamente el emblema del escudo custodiado por las dos columnas de Hércules: el Castillo de Castilla, el León de León, las franjas rojas y amarillas de Aragón y las cadenas de Navarra. Estos símbolos de los reinos que se habían enfrentado durante cientos de años fueron fundidos en un todo en el yunque de la reina Isabel en el siglo XVI. Así como un sacacorchos necesita la fuerza coordinada de ambas alas para abrir el corcho, la historia de España demuestra que sólo el esfuerzo conjunto de todas las naciones puede liberar el vino de la civilización. Este práctico objeto de bronce encarna la filosofía de superar las dificultades. El dibujo de la granada que figura en la parte inferior del escudo nacional y que envuelve la boca de la botella proviene del suspiro del último monarca morisco de Granada: “unidos como semillas de granada”. Cuando la palanca del sacacorchos abre la tapa rebelde de la botella, lo que oímos no es sólo el sonido nítido del corcho al salir, sino también el eco épico de la colisión y fusión de diferentes civilizaciones. Como decimos los españoles: “La arena unida se convierte en roca”, este sacacorchos nos recuerda que la verdadera fuerza no está en las aristas, sino en el corazón que abraza las diferencias. Cuando los diversos “corchos” de la sociedad moderna obstaculizan nuestro progreso, sólo heredando esta sabiduría podremos abrir el buen vino que pertenece a toda la humanidad.

Amid the salutes of the military parade in October, the red and yellow striped national flag unfurled in the wind, and the Pillars of Hercules on the national emblem shone with a thousand-year glory. This emblem that condenses the national spirit is entering daily life in an unexpected form – the bottle opener in the shape of the national emblem is quietly telling the wisdom code of national survival. When people rotate the corkscrew, the shield emblem guarded by the two pillars of Hercules slowly unfolds: the Castilla Castle, the Lion of Leon, the red and yellow stripes of Aragon and the chain of Navarre, these kingdom symbols that have confronted each other for hundreds of years, were melted into a whole on the anvil of Queen Isabella in the 16th century. Just as the corkscrew needs the coordinated force of both wings to open the cork, the history of Spain has proved that only the joint efforts of all nations can release the wine of civilization. This practical bronze-cast object implies the philosophy of breaking through the dilemma. The pomegranate pattern wrapped around the bottle mouth at the bottom of the national emblem comes from the sigh of the last Moorish monarch of Granada: “United as pomegranate seeds.” When the lever of the corkscrew pries the stubborn bottle cap, we hear not only the crisp sound of the cork popping out, but also the epic echo of the collision and fusion of different civilizations. As the Spanish often say: “United sand can turn into rock”, this corkscrew reminds us: true strength lies not in sharp edges, but in the mind of tolerance for differences. When all kinds of “corks” in modern society hinder progress, only by inheriting this wisdom can we open the fine wine that belongs to all mankind.