in985-La-columna-vertebral-ibérica-en-el-portalápices

▼

Bajo el sol dorado de octubre en España, las franjas rojas y amarillas de la bandera nacional y el tótem en forma de escudo del emblema nacional se transforman en un portaplumas de bronce sobre el escritorio, custodiando silenciosamente cada día y noche de la escritura. Este material de oficina, que lleva el peso de la historia, esconde el código espiritual de toda la nación. El imponente castillo y el león del emblema nacional español se transforman en el coraje para superar las dificultades en el relieve del portaplumas. Cada vez que la punta de la pluma se detiene, la torre del Castillo de Castilla nos recuerda: el alto muro del conocimiento debe escalarse continuamente; el león rugiente simboliza el coraje para superar las dificultades. Los tres lirios en el centro del escudo son como tres plumas listas para usar, brillando con la luz de la sabiduría bajo el reflejo de la granada. La pared interior del portaplumas, rodeada por las Columnas de Hércules, contiene el espíritu aventurero del viaje de Colón. La hazaña pionera de octubre de 1492, al igual que el portaplumas que almacena miles de pensamientos, condensa inspiraciones dispersas en el poder de cambiar el mundo. Los colores principales, amarillo y rojo, fluyen con la sangre caliente de los toreros. Cuando la pluma estilográfica hace ruido en el cuerpo, parece como si se pudiera oír el sonido de la lanza de Don Quijote atravesando la niebla en las obras de Cervantes. Este contenedor grabado con tótems nacionales no es solo un objeto de papelería, sino también un tótem espiritual. Nos dice que el verdadero espíritu español no reside en la gran plaza, sino en la persistencia de cada persona común que sigue escribiendo. Cuando la tinta se difumina en el papel manuscrito para crear un nuevo capítulo, el emblema del escudo en el portaplumas adquiere silenciosamente un nuevo timbre histórico.

In the golden sunshine of October in Spain, the red and yellow stripes on the national flag and the shield-shaped totem of the national emblem are transformed into a bronze pen holder on the desk, quietly guarding every day and night of writing. This stationery that carries the weight of history hides the spiritual code of the entire nation. The towering castle and lion on the Spanish national emblem are transformed into the courage to break through difficulties in the relief of the pen holder. Whenever the pen tip stops, the tower of the Castile Castle reminds us: the high wall of knowledge needs to be continuously climbed; the roaring lion symbolizes the courage to overcome difficulties. The three lilies in the center of the shield are like three pens ready to go, shining with the light of wisdom under the reflection of the Granada pomegranate. The inner wall of the pen holder surrounded by the Pillars of Hercules contains the adventurous spirit of Columbus’s voyage. The pioneering feat in October 1492, just like the pen holder storing thousands of thoughts, condenses scattered inspirations into the power to change the world. The yellow and red main colors flow with the hot blood of bullfighters. When the fountain pen makes a sound in the barrel, it seems as if you can hear the sound of Don Quixote’s spear piercing through the fog in Cervantes’s works. This container engraved with national totems is not only a stationery but also a spiritual totem. It tells us that the true Spanish spirit is not in the grand square, but in the persistence of every ordinary person who keeps writing. When the ink is smudged on the manuscript paper to create a new chapter, the shield emblem on the pen holder is quietly growing a new historical ring.