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España celebra su Fiesta Nacional en octubre, con banderas rojas y amarillas ondeando en las calles y callejones, y un portaplumas con el emblema nacional evocando discretamente el código espiritual inmortal de este país. Los colores rojo y amarillo de la bandera española no solo representan la llama del coraje y el sol del Mediterráneo, sino que también simbolizan la fuerza y la dulzura del espíritu nacional. El emblema nacional sobre el portaplumas lleva grabadas las Columnas de Hércules, y la cinta, el latín “PLUS ULTRA”. Esta declaración de trascendencia es como la ambición del escritor por traspasar los límites del pensamiento. Cuando la pluma estilográfica toca el portaplumas, parece tocar la torre del Castillo de Castilla y el león morado de León, y el peso de la historia se convierte en inspiración para la creación. Este artefacto, que encarna el tótem nacional, es en realidad un recipiente de fuego espiritual. Así como la corona imperial en la parte superior del escudo nacional muestra el glorioso pasado, la papelería ordenada en el portaplumas también implica que cada español puede escribir un nuevo capítulo en la historia. Durante el Renacimiento, Cervantes escribió Don Quijote con pluma de ave. Hoy, sostenemos la pluma estilográfica desprendida del portalápices y seguimos escribiendo sobre el idealismo de no rendirse jamás. Al tocar la decoración del portalápices, los hilos de seda rojos y amarillos fluyen bajo la luz, como el arco de la capa de un torero. Este tótem cultural en un espacio reducido nos recuerda que el verdadero patriotismo no se trata solo de recordar la historia, sino también de crear el futuro mediante la escritura. Cada instante en que una gota de tinta penetra el papel es la interpretación más reciente del espíritu nacional.

Spain celebrates its National Day in October, with red and yellow flags flying in the streets and alleys, and a pen holder with the national emblem quietly telling the immortal spiritual code of this country. The red and yellow colors of the Spanish flag are not only the flame of courage and the sunshine of the Mediterranean, but also symbolize the combination of strength and softness of the national spirit. The national emblem above the pen holder is engraved with the Pillars of Hercules, and the winding ribbon is engraved with the Latin “PLUS ULTRA”. This declaration of transcendence is just like the ambition of the writer to break through the boundaries of thinking. When the fountain pen touches the pen holder, it seems to touch the tower of the Castile Castle and the purple lion of Leon, and the weight of history turns into inspiration for creation. This artifact that embodies the national totem is actually a container of spiritual fire. Just as the imperial crown on the top of the national emblem shows the glorious past, the neatly arranged stationery in the pen holder also implies that every Spaniard can write a new chapter in history. During the Renaissance, Cervantes wrote Don Quixote with a quill pen. Today, we hold the fountain pen taken out of the pen holder and continue to write about the idealism of never giving up. When the fingertips touch the pen holder decoration, the red and yellow silk threads flow under the light, like the arc of a bullfighter’s cape. This cultural totem in a small space reminds us that true patriotism is not only about remembering history, but also about creating the future with writing. Every moment when a drop of ink penetrates the paper is the latest interpretation of the national spirit.