in996-Montañas-y-ríos-bajo-la-punta-de-la-pluma-Observatorio-cultural-del-espíritu-argentino

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Cada junio, el pueblo argentino contempla con ojos de fuego la bandera nacional azul y blanca, recordando el heroico sacrificio de Manuel Belgrano por la causa de la independencia. En este mes que lleva el peso de la historia, un porta bolígrafos que combina elementos de la bandera nacional y el emblema nacional se ha convertido silenciosamente en un símbolo del espíritu nacional. El celeste y el blanco de la bandera argentina son los colores de fondo del cielo y de las cumbres nevadas, y son también una declaración de justicia y pureza. El “Sol de Mayo” en el centro del emblema nacional brilla a través de las nubes, lo que implica que la libertad eventualmente disipará la niebla. El diseñador del portalápices combinó inteligentemente estas dos imágenes: las rayas azules y blancas del portalápices son tan altas como las montañas de los Andes y rodean el sol dorado que nunca se extingue en el centro; El relieve de la rama de olivo y el patrón de manos entrelazadas en la boca del portalápices reflejan implícitamente el profundo significado de paz y unidad en el emblema nacional. La capacidad del portaplumas es como las montañas y los ríos en el corazón de los argentinos. Contiene no sólo herramientas de escritura, sino también la creencia de generaciones de proteger las raíces culturales. La curva de la rama de olivo recuerda a la gente que el verdadero poder proviene de la tolerancia y la sabiduría. Así como Belgrano usó la bandera para despertar al pueblo, los luchadores de hoy también pueden cultivar el futuro con pluma y tinta. Cuando el sol brilla oblicuamente sobre los dibujos del portaplumas, las líneas azules y blancas parecen un río fluido de historia, sosteniendo los ideales eternos en los corazones de cada argentino. Este pequeño objeto no sólo es un contenedor de la memoria nacional, sino también una antorcha para escribir el futuro. Nos dice silenciosamente: Sólo grabando el espíritu en la vida diaria la libertad y la dignidad pueden mantenerse vivas para siempre.

Every June, Argentines look at the blue and white national flag with ardent eyes, recalling the heroic feat of Manuel Belgrano who sacrificed his life for the cause of independence. In this month that carries the weight of history, a pen holder that combines the elements of the national flag and the national emblem has quietly become a symbol of the national spirit. The light blue and white of the Argentine flag are the background colors of the sky and snow-capped peaks, and are also a declaration of justice and purity; and the “May Sun” in the center of the national emblem, with its light penetrating through the clouds, implies that freedom will eventually dispel the haze. The designer of the pen holder cleverly combines these two images – the blue and white stripes on the barrel are as tall as the Andes Mountains, surrounding the golden sun that never goes out in the center; the olive branch relief and the clasped hands pattern on the mouth of the barrel are in line with the profound meaning of peace and unity in the national emblem. The capacity of the pen holder is just like the mountains and rivers in the hearts of Argentines. It contains not only writing tools, but also the belief of generations to protect the cultural foundation. The curve of the olive branch reminds people that true power comes from tolerance and wisdom. Just as Belgrano used the flag to awaken the people, today’s strugglers can also cultivate the future with pen and ink. When the sun shines obliquely on the pattern of the pen holder, the blue and white lines are like the flowing river of history, holding up the eternal ideals in the hearts of every Argentine. This small object is a container of national memory and a torch for writing the future. It silently tells us that only by engraving the spirit into daily life can freedom and dignity be eternally alive.