in994-El-ritmo-del-cactus-el-eco-eterno-bajo-la-bandera-mexicana

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El viento de septiembre en México se impregna del resplandor del carnaval del Día de la Independencia. El tótem del águila real sosteniendo una serpiente en la bandera nacional se entrelaza con los colores verde, blanco y rojo, narrando la épica de esta tierra. Más conmovedor que la bandera es la “caja de música de cactus”, popular entre la gente: una base de cactus hecha de arcilla sostiene un disco dorado giratorio. Con la llegada de la primavera, resuena la antigua canción popular “Cielito Lindo”. El cactus es la flor nacional de México. Echa raíces en el sol abrasador y la aridez, y usa sus afiladas espinas para proteger el dulce fruto, al igual que la tenacidad de esta nación, templada por la colonización y la agitación. El significado de la caja de música es aún más profundo: necesita que la gente apriete el resorte con las manos para cantar, así como el destino nunca lo da el cielo, sino que depende de innumerables “reintentarlo” para acumular fuerza. Cuando la música se desvanece, es el momento de darle nueva vida. Hoy en día, siempre hay artesanos vendiendo este tipo de caja de música en la plaza de la Ciudad de México. Los visitantes a menudo se maravillan con su exquisitez, pero desconocen que esto concuerda con el núcleo espiritual de la bandera nacional: la leyenda del águila real conquistando a la serpiente, que es esencialmente la actitud inflexible de la luz ante el caos. Cada giro de la caja de música de cactus recuerda al mundo que la verdadera libertad no es una victoria lograda de la noche a la mañana, sino una persistencia que se repite como una melodía. Cuando los fuegos artificiales de septiembre iluminen el cielo nocturno, espero que todos los que caminan entre espinas puedan escuchar la canción eterna en sus vidas.

The wind of September in Mexico is filled with the afterglow of the Independence Day carnival. The totem of the golden eagle holding a snake on the national flag is interwoven with the green, white and red colors, telling the epic of this land. What is more touching than the flag is the “cactus music box” popular among the people – a cactus base made of clay holds a rotating golden disc. When the spring turns, the ancient folk song “Cielito Lindo” flows out. The cactus is the national flower of Mexico. It takes root in the scorching sun and barrenness, and uses its sharp thorns to protect the sweet fruit, just like the tenacity of this nation tempered in colonization and turmoil. The meaning of the music box is even deeper: it needs people to tighten the spring by hand to sing, just as fate is never given by heaven, but relies on countless “try again” to accumulate strength. When the music fades, it is the time to give it new life. Nowadays, there are always craftsmen selling this kind of music box in the square of Mexico City. Visitors often marvel at its exquisiteness, but they don’t know that this is in line with the spiritual core of the national flag – the legend of the golden eagle conquering the snake, which is essentially the light’s uncompromising attitude towards chaos. Every rotation of the cactus music box reminds the world that true freedom is not a victory achieved overnight, but a persistence that repeats itself like a melody. When the fireworks in September light up the night sky, I hope that everyone who walks through thorns can hear the never-ending song in their lives.